Occidente se encuentra inmerso en una dictadura de pensamiento, donde gobiernos y élites globalistas se valen de la ingente cantidad de recursos e inmensa notoriedad de marca de grandes corporaciones para llevar a cabo sus agendas ideológicas.
Estas mega corporaciones no están jugando con las mismas reglas que el resto, ya que, a cambio de ser portadores de propaganda institucional, son recompensadas por el gobierno de turno con trato de favor, dando lugar a una situación injusta para el resto y que no obedece en absoluto a las leyes del libre mercado.
Un claro ejemplo de ello lo encontramos en EEUU durante la pandemia. Donde el gobierno obligaba a cerrar sus puertas a las tiendas de barrio, pero en cambio dejaba abrir a empresas como Walmart (el Carrefour de los gringos), aludiendo a que ellos sí tienen los recursos necesarios para llevar a cabo todas las medidas de higiene pertinentes…
Para entender lo que realmente hay detrás de todo esto, tenemos que mencionar dos conceptos que nos brinda el Foro Económico Mundial:
El “Capitalismo de los grupos de interés” (Stakeholder Capitalism) y
las “Sociedades público-privadas” (Public-private partnerships).
Con estos términos tan rimbombantes, sugieren que las empresas más allá de tratar de buscar el beneficio de sus accionistas, deberían buscar la creación de valor a largo plazo, considerando las necesidades de sus grupos de interés y de la sociedad en su conjunto. En otras palabras, defienden que las corporaciones trabajen en tándem con los gobiernos para así poder abordar cuestiones clave de interés general, como por supuesto el cambio climático. HTTPS://WWW.WEFORUM.ORG/AGENDA/2022/01/HOW-TO-HARNESS-TRANSFORMATIVE-POTENTIAL-PUBLIC-PRIVATE-PARTNERSHIPS/
¡Guau, que pasada!
Con esa forma de venderlo, ¡¿quién podría estar en contra?!
Una de las frases que más me gusta es la siguiente:
“Apoyar a los empresarios, que tienen un largo historial de aprovechar los incentivos económicos para abordar desafíos arraigados, es otra forma de dirigir la actividad económica hacia el bien social”.
Pasemos a traducirlo:
Yo, como Estado -en su quimera mental pretenden implantar un gobierno único mundial- voy a asumir el control total de tu empresa y voy a marcar los objetivos que tú tienes que cumplir.
Estos serán del tipo nivel de huella de carbono, inclusividad, sostenibilidad y demás sandeces eufemísticas. De tú nivel de cumplimiento dependerá tu capacidad de acceso a financiación, el tipo de interés aplicable, el nivel de impuestos que vas a pagar o sencillamente si podrás seguir operando o te cerraremos el chiringuito.
Por otro lado, ¿Quiénes son los grupos de interés? Quién yo (Estado todopoderoso) determine.
Claro está que, ¡todo es por el bien común!
Si aspiraras a convertirte en un estado totalitario, que preferirías, ¿qué hubiera millones de pequeñas empresas con personas que pudieran ganarse la vida honradamente y así disponer de un buen nivel de autonomía y soberanía personal, o bien un puñado de mega corporaciones que hagan lo que yo diga cuando yo lo diga?
Pues eso…
Indudablemente uno de los objetivos de la agenda 2030 es la supresión de la clase media, y esto pasa por la destrucción de las pequeñas empresas y autónomos.
Y es que cuando dicen que “no tienen tendrás nada y serás feliz”, no es una forma de hablar. Realmente tienen un plan específico para conseguir tal objetivo.
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Por otro lado, nos encontramos con el ataque incesante de los miembros –y miembras– de nuestros gobiernos al colectivo empresarial. Al parecer consideran que demonizando y lastrando a este sector de alguna forma mágica lograrán crear riqueza y bienestar social.
A estos individuos –e individuas-, así como a todos aquellos que apoyan sus preceptos, me gustaría recordarles lo siguiente:
– Los autónomos y pymes son la base de nuestra economía.
Son el verdadero motor de creación de riqueza real, frente a la imaginaria que crean los agentes públicos amparándose en un sistema monetario ficticio, que no es dinero, sino deuda (de todo esto hablaremos en otra ocasión).
– El mejor indicador de bienestar social de una región, es el grado de desarrollo de sus empresas.
La razón es obvia, y no voy a perder el tiempo exponiéndola.
– Si no sabes a lo que me refiero con este “ataque incesante”, lo más probable es que no hayas levantado la persiana de un negocio en tu vida.
Por el contrario, si sabes de lo que estoy hablando, ten por seguro que estás en el lugar adecuado.
Estamos a tiempo de pararlo, así que recuerda: